5 EL AIRE QUE RESPIRAMOS La calidad del aire que respiramos depende de las condiciones ambientales tanto dentro, como fuera de los hogares. Las Directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la Calidad del Aire, ofrecen una orientación general relativa a umbrales y límites para contaminantes atmosféricos clave, que entrañan riesgos sanitarios. Las Directrices de la OMS señalan que mediante la reducción de la contaminación con partículas PM10 de 70 a 20 microgramos por metro cúbico es posible reducir en un 15% el número de defunciones relacionadas con la contaminación del aire. En las ciudades españolas la cifra ronda los 29 microgramos de PM10, pero en ciudades como París, el promedio anual es de 38 microgramos por metro cúbico, y en casos extremos como Pekín, han llegado a superar los 300 microgramos, obligando a la ciudad a imponer medidas restrictivas. Ante el aumento de alertas amarillas y naranjas, las autoridades imponen soluciones a la contaminación del aire con medidas como: -Restricciones de tráfico, fomentando el uso de transporte público y bicicletas. -Reducción de la velocidad en carretera. -Fomento de iniciativas para compartir vehículos. ¿BEBERÍAMOS EL AGUA DEL VASO DE LA IZQUIERDA? Si nos hidratamos con agua no contaminada y nos nutrimos con alimentos en buen estado, ¿por qué no nos preocupamos del aire que respiramos?.
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